Archive for the 'república universal' Category

15
Mar
09

Un relato de dos hijos de su Pink Floyd

UN RELATO DE DOS HIJOS DE SU PINK FLOYD:                               «Roger Waters performing The Darkside Of the Moon Tour en Monterrey».

…viernes 2 de Marzo del 2007.

JM: ¡Mágica ocasión la vivída en suelo mexicano!, donde un rito de encuentro con la música despertaría dentro de un concierto cuya metáfora principal sería el siempre lado oculto y oscuro de la luna. Siendo no suficientemente especial el presenciar a una ya mítica figura musical que no hace giras muy a menudo, como plus se daría la inusitada particularidad, y para ese show en especial de toda la gira, la coincidencia de ser la fecha para una noche asignada por los mismos astros para, precisamente, un auténtico eclipse lunar. (…para serciorarse basta investigar en la red las fechas de los más recientes eclipses). ¡Qué noche tan mágica y única!

Karl: su gira se trataba de Monterrey, NL;  Guadalajara, Jalisco; y México D.F. El 2 de marzo del 2007 estaba por comenzar lo que muchos creyeron que jamás veríamos o volverían a ver.

Fue así como inició el presenciar a uno de los más grandes y majestuosos cantautores en toda la historia de mi religión -la música-.

Muchos de nosotros escuchábamos a través del vientre la canción «mother»; o bien aún ni nacíamos cuando la pared de Berlín se derrumbaría.

Estando en la Sultana del Norte, se derretía el tiempo por el intenso calor durante la tarde y el atardecer se intimidaba ante las amenazas de la noche por aproximarse, logrando así su función una vez más en el día. Mientras que la luna ya encendía el escenario, extraños y conocidos rodábamos en un carro a toda velocidad con destino al Estadio del Volcán, las manecillas hostigaban las 20:00 horas, y el Estadio Universitario de la Autónoma de Nuevo León sería el anfitrión de la historia del rock clásico.

La paranoia por no encontrar el túnel de entrada hacia el estadio se hacía presente, la adrenalina burbujeaba en cualquier ser humano que estaba por presenciar lo ocurrido.

JM: los políticos, rigen y controlan este mundo, y Roger Waters demostraría como es que también… pueden volar.

Waters demostró a los regiomontanos que tratándose de la discutible calidad del fútbol local, siempre resultará superior emplear el tiempo en ver a un gigantesco cerdo de plástico volar hasta perderse por los aires, y que de vez en cuando sí es que ocurren opciones ridículamente superiores de entretenimiento masivo local que lo habitual. Aunque sólo sea una noche.

Puntual como buen inglés, el concierto empezó a las 9:00 p.m., mas todos los que fuimos espectadores del concierto nos percatamos que la magia de la producción se apoderó del lugar mucho antes que el concierto despegara.

Karl: al entrar nos asombra una pantalla horizontal gigante detrás del escenario y el casi lleno total de los hermanos pinkfloydianos. La pantalla está proyectando un radio estático. Yo como muchos más, pensábamos sólo era parte de una fotografía, hasta que logré percibir el humo de un cigarro que se elevaba, y una mano sintoniza en la radio una música de mejor agrado. Cuarto a las 8p.m. y la multitud impaciente se manifestaba.

JM: la sintonización del antiguo aparato de radio se escuchaba merodeando alrededor del recinto, mientras la mano, aburrida, inquieta, ansiosa, impaciente por escuchar buena música, irrumpía por el marco de la pantalla cada dos minutos con su tarea personal de sintonizar algo para su satisfacción. Dicho eso, mientras el lugar se llenaba, las canciones sintonizadas serían «Dancing Queen» de ABBA junto con algunos éxitos de los Beach Boys, entre otras canciones pop ya legendarias y de las mismas épocas.

La mano gigante finalmente se decide en poner fin a su desesperación, y aún y todavía estando gratamente sorprendidos los presentes por la producción pre-concierto, ella, airada y decidida, cambia de estación provocando una avería en el antiguo aparato de radio saliendole humo por las bocinas …como si la impaciencia de la mano hubiera sido mucho para este. Y se apagan las luces. Y aparecen las siluetas de los músicos caminando hacia el escenario en la semi oscuridad de una fresca noche. Roger Waters y compañía resultarían ser la mejor sintonización musical de la mano en toda la noche.

Karl: ingleses, la manera inglesa de arribar a su destino…puntualmente, y fue así como dió inicio en presenciar a uno de los más grandes y majestuosos cantautores en toda la historia de mi religión.

JM: Así, el concierto inició con «In The Flesh», poderosa, quejumbrosa, teatral y energética canción que abre y (casi) cierra el álbum The Wall. Seguidamente «Mother» y «Set The Controls for the Heart of The Sun» sorprenderían a los oídos de los empedernídos fanáticos más exigentes, sería luego el turno del emblematico viaje auditivo de «Shine On You Crazy Diamond» (alusivo a la figura de Syd Barret, el creador inicial de Pink Floyd), para seguir con el himno universal a la ausencia de «Wish You Were Here». Seguirían cortes más puramente de la voz de Waters como «The Fletcher Memorial Home» así como temas de su carrera solista, y todo bajo la increíble producción visual donde la ejecución de las canciones camina junto a un poderoso y alucinante contenido visual tales como secuencias de historias y pasajes a través de la pantalla, aderezado de efectos artificiales como fuegos sincronizados, luces, y demás destellos visuales, y todo sin dejar de lado el audio surround instalado por toda la circunferencia del estadio. Una producción increíble, como profesionalmente fina y delicada, que ya quisieran llevarse para sus giras (o sus casas) Bono, con el resto de U2 y los Rolling Stones.

Karl: fue ‘Como Quisiera que Estuvieras Aquí’, la melodía en la que cada uno se encontraba deseando, apasionado, querido, queriendo, amado, nostálgico. Los abrazos durante la canción se aceptaban dentro de una gran hermandad. El espectador no podía ocultar sus sentimientos al son de la canción, ni mucho menos los escalofríos que nos hicieron temblar por unos joviales segundos.

JM: el siguiente momento «sorpresivo» (porque ya es sabido de este infaltable ‘número escénico’ en los shows de Waters) llegó con «Sheep», tema del disco Animals, donde la gran mascota escénica de Waters, un cerdo flotante del tamaño de un camión, aparecería flotando desde un costado del escenario maravillando a todos, casi pareciendo como si se encontrara nervioso ante tantas personas para luego perder su pánico escénico y flotar animadamente por todos los alrededores justo como si se tratara de una vuelta olímpica, y tatuada por toda su piel rosada protestas alusivas al cese de la construcción del Muro de Bush, las guerras actuales, entre otros mensajes de conciencia social. De pronto y súbitamente abandonaría el lugar soltándose del cordón que lo sujeta para escaparse hacia el cielo de la fría noche y la intensidad de la luna nueva que nos alumbraba.  Y él, Flotando llegó, y flotando se fue.

Karl: a su vez fue el mismo que alguna vez sobrevoló la capital inglesa. Un puerco o cochino o cerdo (o cualquier otro sinónimo del gobierno global o local) ya se encontraba a la deriva y en la perdición por encima del nocturno ambiente durante las melodías de «Sheep».

JM: ese mismo cerdo volador se escapó de las manos de la producción de Waters durante un concierto en Europa, donde aparentemente alguien cortó deliberadamente la seguridad impuesta. La policía europea monitoreó al cerdo para asegurar que no pusiera en peligro las rutas aéreas de los aviones. A través del informe policial se supo que el cerdo hizo su camino hasta terminar en la piscina de una mansión.

Karl: «Sheep» concluyó entre una lluvia de aplausos, y Waters se despidió temporalmente, ‘volveremos en 15 minutos para volver con Dark Side of The Moon’.

JM: la pantalla principal se encargaría de contarnos los 15 minutos precisos y exactos, puesto que en el centro de la misma la proyección del espectro de una luna llena cada vez se aproximaba más a medida que los segundos pasaban. Abarcaría toda la pantalla para funcionar como el retorno del concierto en su fase II: ser bienvenidos al viaje psicodélico en vivo del surreal y existencialista álbum Dark Side Of The Moon.

Karl: Los objetos universales coincidían de alguna manera con el asombroso concierto. La luna absorbía la ultima canción de Dark Side of the Moon. «Eclipse» se hacia presente tanto en la luna como en las miles de voces que Roger Waters lidereaba, los sonidos que cualquier admirador de Pink Floyd conoce mientras se escucha ese histórico disco.

La conclusión se enfrentaba, pero con la sorpresa de que el concierto no culminaría ahí.

El creador de la banda tenía preparada un número de sorpresas más……

JM: Acto final de la obra: los temás emblema de The Wall: ‘Another Brick In the Wall I, The Happiest Days of Our Lives y Another Brick in The Wall II’ (las cuales componen una misma secuencia de canción) y culminaría la noche con el inigualable himno a la alienación: «Comfortably Numb».

Bajo la intensa luna nueva se vivió un doble eclipse lunar en México: en el cielo regiomontano, y en el suelo del increíble concierto audiovisual.

Yo me receté gritar todas las canciones durante todo el concierto en una noche que sería cada vez más fría y me iría completamente afónico, luego de una gélida pero mágica vuelta completa por la luna.

Karl: El boleto se había comprado en diciembre del año anterior. Y hace un año, el precio no importaba; y la espera …era cada vez más lenta.

por Karl Reich & JM

Videos que tomamos durante el concierto:

«In the Flesh»

«un cerdo en el cielo»

25
Oct
08

Hello world!

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