Archivo de agosto 2009

19
Ago
09

¿Paisajistas o Quebrantahuesos?

¿Cuántos metros o kilómetros miden tu satisfacción?

¿Cuántas horas alcanza nuestra libertad?

¿Cuánto miden tus límites?

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El domingo 12 de julio del 2009 vivimos y experimentamos lo acontecido. Nos percatamos de un amanecer tras los montes de un cielo claro e inusual de la ciudad. Y que traspasando por paisajes soberbios que avivaban el intenso verde de una vegetación extraordinaria; es mensurable.

Cientos de chicos y chicas fueron participes de esta inigualable experiencia. Atletas, quienes pusieron a prueba su alma, destreza, veracidad, intensidad, enjundia…sudor y corazón. Al ver el sol naciente de un nuevo día la neblina acariciaba sus cuerpos competitivos y deseosos de lograr su objetivo.

Así fue mis queridos lectores. Así fue la “Quebrantahuesos 2009”. 0500hrs. (hora local). Salida, Estadio Olímpico Universitario. Atletas y aficionados a lo extremo se preparaban desde las instalaciones auriazules. Los faros de las patrullas, taxis y una diversidad de automóviles alumbraban la tenacidad de cada uno de estos ciclistas.

0600hrs. (hora local). El altavoz es encendido, dirigiendo a los competidores hacia la línea de salida. Nerviosismo, temor, angustia e inseguridad serian aniquilados una vez que las bicicletas comenzaron a rodar. El frio de 13 grados centígrados…¿Cuál? Si la adrenalina pura acobijaba a estos enfermos, o bien intensos deportistas. Primeros metros se han rodado. Aún faltan 206 kilómetros.

El primer receso de tres. Pareciera como un descanso eterno y acogedor sobre campos escoceses. El refrigerio acompañado de pasta, pan, naranjas, plátanos y bebidas energizantes. Ahí mismo, el reencuentro con los amigos se había podido lograr. Todos se comentaban los alrededores de apenas poco más de un cuarto de todo el circuito (64km).

Minutos más tarde los exhaustos y poco descansados atletas reiniciaban sus travesías por nuevos panoramas y pueblos dentro del Estado de México. Que para algunos emulaban a las más grandes obras de los paisajistas nacionales.

Era excitante darse cuenta de los hogares de estos innombrables pueblos se encontraban vacios. Aromas de las cocinas pueblerinas se despejaban en los olfatos de cada uno de los competidores. Igualmente los lugareños celebraban la participación de estos rodantes. Aplausos y  gritos de ánimo. Infantes y adultos mayores no fueron la excepción. Risas, brincos y miradas, las cuales podían motivar y revivir a cualquier moribundo. Se trataba de un desfile gratuito, el cual su goce era imposible de ocultar.

Uno traza su camino, o simplemente se deja llevar por la inercia del viento en contra o a favor. Una pendiente, declinación y/o curva el trazo lo hace aún más difícil. Lo impredecible de lo predecible. Lo inusual de lo usual. Esperar lo inesperado. Una concentración de acero era indispensable, de lo contrario incidentes se llevarían a cabo. De lo más normal como pinchaduras de llantas, choques. Hasta lo nunca inimaginable, caídas  de ciclistas para evitar ser aterrizados en un barranco. Pero no importaba las múltiples malas experiencias. No importó cuantas veces cayeron, sino las veces que se levantaron y continuaron.

10km hacia la cima parece sencillo. No es nada carismático cuando has tropezado por baches, vados, desperfectos impredecibles durante un sorpresivo recorrido. 198 km concluidos, 10km por finiquitar; su último suspiro, ultimo empuje. La sonrisa y satisfacción esperaban a lo alto de la cima, o mejor dicho. A lo alto de la meta.

Gracias a ti enemigo o contrincante

Gracias por haberme empujado para poder lograr mi victoria.

Gracias por que sin ti, esto no hubiera sido una competencia.

No hubiera habido salida, ni meta.

Me llenaste de satisfacción cuando crucé el último centímetro de la competencia.

Gracias por haber sentido lo que viví.

Gracias por cederme tu mano en ese saludo al cruzar la meta.

07
Ago
09

«Ideas»

IDEAS

“Las grandes mentes discuten ideas;
Las mentes promedio discuten eventos;
Las mentes pequeñas discuten gente.”
Dr Juan Manuel Santos.
Dr Ramiro Valencia.
Dr Depak Chopra.
Dr Luis Carlos Sarmiento.
Dra Noemí Sanin
Dr Alejandro Figueroa.
Dra Marta Juliana Silva

«Sras y Sres.

Aquí todos representamos algo. Por eso nos invitaron.
Yo no represento la paz interior. Somos completos extraños.
Yo no represento la esperanza del cambio. Ni siquiera la entiendo.
Yo no represento el futuro del poder. Cero poder y poco futuro.
Yo represento las causas pérdidas. Siempre lo he hecho.

Hoy vengo a dar la más perdida de las peleas perdidas: una pelea por las ideas y por los conceptos.

Una pelea pérdida en un país que terminó creyendo que la realidad comienza y termina en la pobreza de un titular de prensa o en la intrascendencia de la apertura de un noticiero. Perdimos la noción de historia y en ese mismo momento perdimos la viabilidad de futuro.
Confundimos estar informados con entender, siendo que no tienen relación alguna. Estar informados es aquello lleno de quienes, cuandos y comos, que en un instante oímos, al siguiente repetimos como si fueran ideas, y aún más patético, como si fueran nuestras, para inmediatamente olvidarlas. Estar informados nos da nuestra dosis diaria de indignación. La indignación, esa
cómoda sensación que nos libera de toda responsabilidad de pensar y de entender.
Entender implica vincular conceptos y tener noción de causalidad. La carencia de contexto y de causalidad de lo que llamamos información, es lo que permite que las derechas parezcan izquierdas; que el populismo parezca social; que el absolutismo moral se presente como progresivo.
Entender es un acto complejo. Entender requiere tolerancia. Para entender hay que analizar y no simplemente dejar que los prejuicios y los lugares comunes hagan la tarea de pensar por nosotros.

Entender está lleno de libros: esas cosas gruesas y sin imágenes. De historia: donde queda lo que trasciende, lo relevante. De teorías: eso que la gente práctica detesta pero que constituye el cimiento de todo.

Las ideas, que son poderosas, son teóricas e ideológicas. Prácticos y coyunturales son los lugares comunes y los prejuicios. Esos con los que a los colombianos nos dio por ganar elecciones y aún más grave, gobernar el país. Para gobernar gobernar todavía no se han inventado nada diferente a
las ideas. Teóricas e ideológicas.
Los nuevos héroes del país son quienes señalan, quienes acusan y quienes destruyen. Hace sentido. ¿Quién mejor para guiar un país cuyo sentimiento principal es el odio? Odio de la guerrilla por todo y por todos. Odio entre las instituciones. Odio entre técnicos y políticos. Odio entre un gobierno y otro. Odio entre lo público y lo privado. El vacío que ha dejado la casi total ausencia de ideas ha sido llenado por odios y por aquellos que mejor los ejercen: nuestros nuevos héroes.

¿Dónde quedaron quienes estudian, quienes piensan, quienes proponen?
Confundimos opinar con argumentar, cuando tampoco tienen nada que ver.
Opinar es esa cosa livianita donde se pontifica sobre lo que se sabe y lo que no se sabe. Opinar es cuando quienes nunca han tenido que tomar una decisión en su vida juzgan como veteranos generales de mil batallas. Opinar es cuando se entierran ideologías que nunca fueron aplicadas y
aún menos entendidas. Opinar es aquello que tiene enorme capacidad de destruir y casi nula de crear. Casi siempre se opina de gente. Casi nunca de ideas. Es que las ideas requieren argumentos.

Argumentar requiere fundamentos y estructuras. En la argumentación no caben los insultos, ni el cinismo, por bien escrito que esté. Con argumentos se reconocen errores y se modifican los rumbos.

Con argumentos se construyen ideas, se debaten conceptos y se transforman sociedades. Con opiniones se hacen almuercitos largos y muy confidenciales.
Se imaginan si se cambiaran las columnas de opinión por columnas de argumentos.? Se imaginan?

Ese día los Pastranistas caerían en cuenta que los espejos retrovisores sirven para echar para atrás, pero son un pobrísimo instrumento para avanzar. Ese día los Samperistas se darían cuenta que para defender el anterior gobierno, hay argumentos bastante más sólidos que la recurrencia de los
insultos al presente gobierno. A mí personalmente me tocó suceder a uno de los Ministros de la anterior administración y poca gente he conocido con la claridad conceptual y con la capacidad para ejecutar ideas de Orlando Cabrales. A el se le deben las últimas grandes decisiones del sector
eléctrico y el diseño conceptual de la reforma que permitió doblar las exportaciones de carbón. Me encanta reconocer esto. Nada más pobre que el sectarismo.
El día en que las columnas de opinión se vuelvan columnas de argumentos los candidatos a posiciones públicas se darán cuenta que a punta de insultos, de opiniones frívolas y de mesianismos gastados, este país quedó como quedó. Que de pronto llegó la hora de hacerse elegir no porque son diferentes, porque no son lo mismos, sino porque tienen ideas, elaboradas y
desarrolladas, que les da capacidad de transformación. Es que el más de lo mismo con que ya no puede este país no es con el Gavirismo, el Samperismo o el Pastranismo. Con el más de lo mismo con que ya no puede este país es con los insultos, con la retórica, con los lugares comunes, con la
separación entre buenos y malos, entre ellos y nosotros.

¿Será que alguien tiene ideas en las que quepamos todos ? Samperistas y Pastranistas. Tecnócratas y Políticos. Izquierdas y Derechas. Si esa persona aparece la vamos a identificar porqué no va a tener necesidad de descalificar. Los insultos y la retórica ideológica son pobres sustitutos de la
avasalladora fuerza transformadora de las ideas. Aquellos que tienen que acudir a la descalificación y al insulto son quienes más daño hacen a una labor tan noble e importante como la política. Es que la política se hace con ideas. Es que la política son ideas.

Creo en las ideas. Creo en las ideologías. Soy liberal. Creo en Bentham. Creo en el derecho positivo y detesto las morales absolutistas. Creo en John Stewart Mill. Creo en la tolerancia. Creo que las ideas no se entierran, se debaten. Soy liberal. Si por mi fuera en las próximas elecciones
votaría por López Pumarejo. Pocas veces he oído a un presidente expresarse con semejante claridad conceptual. López si que entendía cual es el límite de la sana intervención del Estado, como se redistribuye el ingreso y siempre tuvo claro que Colombia sin movilidad social era un país imposible. Es un país imposible. Lástima que esté muerto, como casi cualquier persona que
represente una idea en este país. Las ideas no eligen presidentes, pero como hacen de falta para gobernar.

Es que como decía Jaime Jaramillo Uribe, uno de los grandes historiadores del pensamiento colombiano, “el poder es un medio y no puede ser un fin. El poder debe servir para algo, para lograr la vigencia de aquellos valores, costumbres o creencias que constituyen la razón de ser y el
elemento cohesivo de un cuerpo social.” El ejercicio del poder así entendido solo se logra con ideas, no con descalificaciones.

Ahora, mi experiencia, que fue de lo que me pidieron hablar.
Del sector público me quedó la pasión por las ideas y su capacidad de transformar. Nada, absolutamente nada tiene más impacto que el sector público. No importa que tan duro vengan los golpes, las muy pocas veces que sobreponiéndose a insultos y a mezquindades se logra sacar
conceptos adelante, entonces se le aporta a la sociedad como un todo.

También me quedaron grandes heridas que tardarán en cerrar. Eso no importa. Quien no tiene heridas, no ha dado batallas. Del sector privado me queda por un lado el placer de ejecutar y por otro la triste sensación de que
el país le es ajeno. No es lo de ellos. Los empresarios colombianos creyeron que podían hacer empresa sin hacer país y el resultado fue que las empresas se les volvieron empresitas. Es que el poder trae responsabilidades que trascienden con creces los márgenes operacionales y los múltiplos
de valoración. Cuando este país vuelva a ser regido por ideas y no por odios, volverá a ser viable, al igual que las empresas.

De la academia, por último, me queda el agradecimiento de que me hayan dejado volver. Ahí están las ideas, la gente y la esperanza.
Las ideas no están en capacidad de incluir a nadie en la lista de las cuarenta personas más poderosas de Semana. Semana misma lo dijo. Ni en los cien más influyentes de Dinero; ni siquiera en la de los mejores vestidos de Cromos.

Para ninguna de estas cosas, que tanto parecen importarnos, sirven
las ideas. Las ideas solo sirven para transformar el país. Solo para eso.

Por el Respeto.
Por la Inteligencia.
Por la Tolerancia.
Por las Ideas.
Sobre todas las cosas: Por el País.
Muchas Gracias.»

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